« Hijos míos, os advierto que no soy yo. Tuve en un día cien fisionomías diversas, dependiendo de lo que me afectaba. Estaba sereno, triste, soñador, tierno, violento, apasionado, entusiasta ; pero nunca fui tal y como me veis ahí. Tenía una frente grande, los ojos muy vivos, los rasgos bastante marcados, la cabeza de un antiguo orador, una bonhomía cercana a la estupidez, a la rusticidad de los tiempos antiguos […] Tengo una máscara que engaña al artista ; bien que hay demasiadas cosas que se confunden, o que las impresiones de mi alma se suceden y se pintan todas en mi rostro, el ojo del pintor no encontrándome el mismo de un instante a otro, su tarea se vuelve mucho más dificil de lo que pensaba. »
Reacción de Diderot frente a su retrato. Jamás podré expresarme mejor que mi ídolo y maestro.
Eric-Emmanuel Schmitt